Casa Tataguyo

¡Hola chatines! ¿Qué tal os trata el mes de noviembre? A mí me trajo ayer una comida en un sitio al que, inexplicablemente, no había ido nunca. Digo inexplicable, porque está en Avilés y yo, después de haber trabajado allí cerca de 4 años, pues no había ido nunca. Y a 5 minutos andando de donde trabajaba, ¿eh? Imperdonable, amics. Como decía mi güelu: ‘Andamos pol mundo y no conocemos Asturies’. Pues yo lo mismo, ándolo todo y no había ido a la Tataguya. Pero nunca es tarde si la fartura ye buena.

La cosa de ir a Avilés (que ya sabéis que me gusta mucho Avilés, id a Avilés) fue porque tenía que pagar loterías varias y porque ‘Las fartonas’ (así se llama nuestro grupo de wasap) no nos juntábamos pa comer desde el verano y ya tocaba. Que de mano no íbamos a comer aquí, pero no se nos logró el otro que queríamos y este es valor seguro. Comentaros que antes de comer tomamos un vermutín en Las Gildas (queda en la acera de enfrente del restaurante, en la Avenida Cervantes) y también os digo que vayáis: variedad de vermús y nos pusieron de tapa una cazuelina de pollo guisao con patatines, que estaba para haber pedido un par de vermús más y comer con eso. Vaya rico.

Pues bien, Casa Tataguyo es un restaurante que está en la Plaza del Carbayedo desde, atención, 1845. Si pincháis en el enlace os lleva a la página web donde cuenta un poco la historia. Os imaginaréis que siendo tan antiguo estará en una casa vieja y así es. Tiene 3 plantas, por las que se distribuyen varios comedores. Nosotras comimos en la de arriba. Todo de maderina, acogedor y tranquilo. En la planta baja tiene una barra y mesas de banco corrido en plan chigre. También terraza. Guapísimo pa tomar una botellina sidra. Ah, y las paredes llenas de fotos con famosos. Está hasta Brad Pitt. Igual usamos los mismos cubiertos, quién sabe.

Tienen siempre menú (16 euros creo), así que por si nos iba preguntamos qué había y tenían lentejas o crema de tomate de primeros y filete o merluza al horno de segundos. Que bien, pero no nos hizo chispa y pedimos de carta. En la carta lo habitual en un restaurante tradicional asturiano: carnes, pescados, platos de cuchara, embutidos, quesos, sopas… Cuesta elegir porque todo te llama, pero al final nos decidimos por la longaniza del cocido de garbanzos, patatas rellenas de picadillo de ternera y calamares en su tinta con arroz blanco. Éramos 4 y lo queríamos todo para compartir, se lo dijimos al camarero y dijo que una de longaniza y luego dos de cada de lo otro. Para beber agua y una botella de Verdejo ‘Verdeal sobre lías’. Sólo una que luego había que conducir, pero muy rico. Te ponen dos bollinos de pan.

Longaniza del cocido de garbanzos.

Os explico. Esto ye una longaniza de Avilés, embutido típico de allí del que ya os había hablado en otras entradas (en bocadillo en el Salazogue y frita con patatas fritas en Casa Patxi), pero que yo nunca había comido de la manera que la preparan aquí. Esto es que ponen longaniza en el cocido, cuando está hecho la sacan, la ponen a ‘recocer’ en el mismo caldo del cocido y te la sirven con patatas cocidas también en el mismo caldo, le echan un poco de pimentón y aceite de oliva, la comes y directamente subes al cielo de los compangos. En plan ‘¿Aceptas a esta longaniza como tu legítima esposa…? Sí, acepto’. Ya compré hoy una para los próximos garbanzos que se hagan en mi casa.

Ahora os cuento cómo nos sirvieron los otros dos platos. Ya os dije que pedimos dos de cada, ¿no? Pues nos trajeron ya las raciones repartidas en 4, que está genial, porque a veces repartir es difícil y así es mucho más cómodo y nadie queda sin probar nada. Con lo que deducimos que lo que se ve en las próximas fotos es media ración. Muy bien ahí, ya lo podían hacer en más sitios.

Patatas rellenas de picadillo de ternera.

Siento no haber hecho foto del corte de la patata para que vierais el relleno, pero bueno, os lo cuento. Patata rellena súper tierna, rellena de picadillo de ternera muy rico con salsa sustanciosa. Yo la partí en trocinos y la comí con cuchara pa no perder ni un ripio de salsa. Teresa, aquí tienes otro sitio de patatas rellenas.

Calamares en su tinta con arroz blanco.

Esto es una de las mejores cosas que existen en el mundo. Soy súper fan de los calamares en su tinta, y ya si los acompañas con arroz blanco y patatas fritas, el summum. Además hacía tiempo que no los comía y prestáronme por la vida. Taban buenísimos.

Postre. Yo ayer tuve un día de esos que parez que no tengo fondo y quise postre. Porque poner nos pusieron 4 cucharas, pero mayormente lo comí yo. Hay pila y dudé entre la mus de chocolate y el requesón, pero al final ganó el requesón, que ya sabéis que me chifla. Igual no pa casarme con él, pero pa arrejuntarme puede.

Requesón con frambuesas y miel.

Yo pensaba que sería el requesón habitual, con las frambuesas y la miel por encima, pero no. Viene en una galleta y la frambuesa viene en helado. Buenísimo.

Luego pedimos unos cafés y nos pusieron para acompañar unas cocadas, que no me dan más y no comí la mía, pero muy bien el detalle.

Perres: Toda la comida, dos de agua, el vino y 4 cafés, 26 euros por cabeza propina incluida. Perfecto. En la cuenta te viene separada la comida de la bebida, que muy bien también el detalle.

Recomendación: Como me entere yo que no vais a comer esa longaniza, os triquino el alma.

By Bego.